sábado, 12 de mayo de 2007

I. CIUDADELAS EN CONFLICTO


* Muro de los Lamentos. 90 cm x 130 cm. 2006


“El Horizonte es al Infinito
Lo que los Sueños a la Realidad
La Perspectiva es al Espacio
Lo que la Esperanza a la Paz

El Horizonte son los Sueños
El Infinito es la Realidad
La Perspectiva es la Esperanza
El Espacio es la Paz”

(Santiago Escobar, arquitecto y fotógrafo)


La ciudad equivale al hombre en sentido metafórico. El hombre recrea en su interior pensamientos placenteros, así como conflictos. Las emociones propias del individuo son reacciones a situaciones externas que se interpretan a través de sus sentidos, su memoria y su imaginación. La expresión de las situaciones es trasladada al espacio físico, a la ciudad. La urbe, entonces, funciona como un catalizador para el ciudadano, que “alberga” sus vivencias y sus conflictos sociales.

En este orden de ideas, la ciudad en su condición física y simbólica también refleja sus realidades desde el edificio a la vía, de la acera a la habitación; desarrolla mecanismos que exteriorizan aquello que motiva o carcome por dentro y viceversa. Encuentra al hombre como su común denominador o punto de encuentro, quien rompe la línea tangible que divide algunas veces el afuera y el adentro, lo abierto y lo cerrado, lo público y lo privado. En el afuera encuentra innumerables contrastes que producen igual número de sensaciones y, por ende, resultados.

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“Ciudadelas en Conflicto - Serie” nace como necesidad de instaurar relaciones entre el espacio y el individuo. Estudia las percepciones espaciales del Batallón Ayacucho y la Cárcel de Varones de Manizales (en su Contexto - Exterior y Contenido - Interior), bajo la mirada del conflicto social y urbano, interpretadas a través de la fotografía como expresión artística. Estas obras hicieron parte del componente artístico del Trabajo de Grado inscrito en la Línea de Profundización “Arquitectura y Ciudad”, de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Manizales.

Se leen ambos escenarios como ciudadelas, por contener todas las determinantes y variables físicas y sociales que posee la Ciudad. Estas micro ciudades albergan en su interior habitantes con afecciones directas sobre el conflicto social (militar, político, familiar, sexual, etc.), y contienen condiciones espaciales (arquitectónicas y urbanísticas) que se muestran algunas veces semejantes, otras contradictorias. Se determinan 9 caracterizaciones que sustentan luego la composición e interpretación de las imágenes, desde: Contexto (Morfología y Espacio Público), Topografía, Seguridad, Forma (Simbología y Densidad), Movilidad, Permeabilidad, Actividad, Orden y Paisaje.

Pretendiendo que “el arte no sólo sea visto como un hecho estético y sonoro, sino que sea entendido como uno social y político”, se pasó a la segunda etapa de investigación y materialización de “Ciudadelas en Conflicto”. Una mirada mucho más profunda en la simbología de los elementos y la representación del espacio. Aquí, objetos utilitarios y del común adquieren un nuevo valor o significado a partir de la escala y la espacialidad de su entorno.

En la obra:“HombreSolo - Utopía de un Secuestro” el bosque de hombresolos simboliza la frialdad de la selva y la soledad y vulnerabilidad de un hombre en cautiverio, la ausencia y el dolor de su familia; “Muro de los Lamentos” reflexiona acerca de los muros de: Gaza, entre Israelíes y Palestinos, y aquél próximo a construir el gobierno estadounidense en la frontera mexicana los cuales denotan los alcances a los que puede llegar la división de razas, de creencias, de ideologías, de culturas entre los pueblos y los hombres; en “TLC: ¿Acaso la Realidad de un Tratado justifica el grito de un Pueblo?”, los marranos en su función de alcancía redefine la imagen de puerto y simboliza el intercambio de bienes culturales, agro-industriales, políticos, militares y biológicos contenidos en los propuestos containeres; por su parte, “Oh, Cristo Redentor - Proyecto Utópico No. 2” analiza el comportamiento de la religión y sus símbolos entendidos como elementos de consumo a partir de hechos urbanos y manifestaciones espaciales como monumentos y esculturas a gran escala.

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El proyecto “Ciudadelas en Conflicto” visualiza escenarios utópicos y surreales que adquieren un nuevo significado al enfrentarse a un nuevo entorno que se ve condicionado por la figura a escala; Los soldados, civiles o animales a escala, solitarios y minúsculos, representan la minoría y/o contra-cara del poder quienes luchan por un futuro justo y equilibrado. Los personajes pueden aparecer de manera colectiva o individual, evidenciando patrones rítmicos y de serialidad o respondiendo a necesidades compositivas como: equilibrio, ritmo, forma, contraste, color y profundidad; los temas se enfatizan a través del uso del tono monocromático y contraste entre materiales que están regidos por las pautas geométricas; la atmósfera o espacio donde se trabajan las fotografías son espacios neutros, en blanco que exhiben la línea de horizonte como límite: es un manejo de lleno sobre vacío; los objetos, buscan evidenciar perspectiva y fugas visuales, en otras palabras, generar espacios propios y característicos; surreales o ficticios; figurativos o representativos, compuestos a partir del formato de la imagen y las exigencias geométricas de los objetos y los personajes.

Las imágenes que conforman el portafolio representan una a una las caracterizaciones propuestas. Las obras afirman que la representación (fotografía) de una referencia (instalación), es la representación de una realidad (obra); La horizontalidad marcada en las imágenes busca ser consecuente con la comprensión del espacio, valorando la perspectiva como componente indiscutible; los puntos de fuga, las líneas intersectadas, las proyecciones y paralelismos configuran legiblemente las especialidades buscadas; la incorporación de la escala humana a las escenografías indica una relación directa entre volumen y profundidad; en los escenarios predomina la presencia colectiva de los individuos. La utilización repetitiva e idéntica de soldados a escala supone un manejo colectivo, donde el individuo no tiene valor unitario, pero sí múltiple. Aquí, el individuo se siente solo.

Texto por Santiago Escobar Jaramillo

* + imágenes en: www.escobart.com y www.flickr.com/photos/escobart/

II. NATURALEZA MUERTA / ARQUITECTURA VIVA


Sin Título. New York, USA. 2006

“Una gran pintura es aquella en donde los espacios
entre figuras están cargados con tanta energía
como las figuras que las determina.”

(André Masson, pintor francés)


La Arquitectura es espacio. El espacio necesita de esta disciplina para que se convierta en algo concreto, perceptible, comprensible. La comprensión del espacio en la Arquitectura excede los límites del estudio de sus propiedades materiales, y se traslada al plano de lo conceptual, que reflexiona entorno a sus propiedades esenciales. Los arquitectos entendieron que los artistas crearon espacio alrededor de los objetos en sus trabajos; y era ahí donde el espacio importaba.

De igual forma, las diferentes expresiones artísticas: como la música, el teatro, la pintura, la escultura y la fotografía, han encontrado en el espacio el contenedor que justifica sus necesidades racionales y especulativas. Cada una de estas disciplinas ha buscado mecanismos que facilitan interpretar objetiva y subjetivamente las condicionantes y repercusiones espaciales sobre el individuo y el objeto.

Uno de los sentidos de la expresión artística es el hacer legibles o visibles los mundos de lo real y lo imaginario, o mejor aún, de lo real transformado mediante la imaginación. Construir formas en que se pueda materializar los conceptos ideales que pasan por la intangibilidad y que buscan expresiones que otorguen capacidades físico-formales. El arte pretende interpretar sensualmente lo que las Ciencias Sólidas y Blandas han descrito racionalmente.

“Naturaleza Muerta / Arquitectura Viva” observa el comportamiento de la Arquitectura y el juego geométrico en el Espacio. Aprovecha la relación entre lleno y vacío; forma y ausencia para plasmar composiciones que evoquen el equilibrio, la forma, los juegos, los ritmos, las proporciones, el tratamiento de la luz y la sombra con su poética, en definitiva transformar la percepción del espacio. Esta obra involucra la experiencia de lo sensorial e incorpora la dimensión de los afectos, de las vivencias y de la memoria, porque la vivencia de un lugar despierta sensaciones y memorias inéditas.

Texto por Santiago Escobar Jaramillo

(+ imágenes en: www.escobart.com y www.flickr.com/photos/escobart/)

III. CIUDADANOS DEL MUNDO


* Maasai Woman. Nairobi, Kenya. 2006

“Muchos concursos de periodismo escrito son el equivalente
a los grandes premios fotográficos en los que la foto ganadora
siempre es tomada en África o en el país bombardeado de turno,
e involucra a un chico desnutrido, moscas, un perro flaco, la
tierra resquebrajada y alguna señora aullando de dolor. Si en sus
países de origen nadie da un peso por los niños con moscas
en los ojos y las señoras que aúllan de dolor, es impresionante
lo alto que cotizan en la bolsa de los premios.”

(Leila Guerriero, periodista argentina)


La experiencia directa del espacio relaciona a la persona con un mundo propio, formado por los lugares que habita y poblado por las gentes que conoce y frecuenta. La Arquitectura involucra la experiencia de lo sensorial e incorpora la dimensión de los afectos, de las vivencias y de la memoria. La vivencia de un lugar despierta sensaciones y memorias inéditas. La imagen del mundo va más allá de la experiencia directa, al incorporar el plano del conocimiento, el plano de las fantasías y el de los sueños. La información y la imaginación permiten construir imágenes de otros mundos, de ciudades distantes, de paisajes no visitados, de lugares imposibles de conocer directamente, de otras gentes, de lo sobrenatural.

Las sensaciones, las emociones, las relaciones, las actividades y la memoria entienden y condicionan de forma diferente las percepciones espaciales: la experiencia del espacio. Las fronteras entre lo colectivo y lo individual, entre lo compartido y lo íntimo, lo público y lo privado, responden a formas diversas de conciencia de aquello que se limita al ámbito del individuo de la pareja, de la familia o de los pequeños grupos de amigos.

A partir de la socialización y la experiencia, el recorrido por diversas ciudades o lugares en el mundo, la vinculación con instituciones y organismos privados y públicos, hasta ahora, se estudian las distintas manifestaciones populares o ciudadanas o cultura urbana: su idiosincrasia; las aplicaciones del vestuario; los mecanismos sociales de agrupación; las variables de su entorno arquitectónico (espacialidad publica, espacios, texturas, especulaciones técnicas, manejo cromático y geométrico).

Texto por Santiago Escobar Jaramillo

* + imágenes en: www.escobart.com y www.flickr.com/photos/escobart/